Actualmente las poblaciones andinas
conmemoran el 21 de Junio de cada año, el “AÑO NUEVO ANDINO” que en nuestra
lengua aimara viene a ser el “MACHAQA MARA” o “PACHA KUTY”, aunque
esta celebración suele variar
entre el 20 al 25 de junio, dependiendo del lugar; no sin antes considerar que
la mayoría la realizan el 21 de Junio.
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Imágen recreada: Ofrenda a la pachamama |
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Recibimiento de los primeros rayos del sol |
Estas celebraciones del año nuevo andino aimara no significa descansar
y sentarnos cómodamente en nuestras sillas , bancas o sillones alrededor
de una mesa con nuestros familiares,
amigos e invitados para recibir el año con mucha comida como: asado de chancho,
pollo, pavo, champán, chocolate, panetón, mistura y quizá algún regalo más como
lo es hoy en el año nuevo habitual del primero de Enero(cultura occidental);
sino, esto significa sentarnos en nuestra sagrada tierra que es nuestra
Pachamama y al frente del “Tata Inti”(Sol), para renovar nuestro compromiso con
la tierra de continuar respetando y criando a los variados ecosistemas que nos
ayudan a vivir, producir y existir, gracias a la Pachamama; además sentarnos
sobre la tierra misma junto al ichu, piedras, pasto significa también
reflexionar, venerar, ofrendar y agradecer a la Pachamama y al Tata Inti con un
preciado y único regalo que es la sagrada coca, cebos de llama, vino o alcohol,
incencio, hiervas aromáticas para la “challa” y la ofrenda correspondiente y como símbolo de reverencia
y respeto a nuestra tierra y el sol.
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Imágen recreada de los elementos de la challa |
Nuestros abuelos nos relatan también que
ésta fecha entre otras significaciones implica una conexión mágica con los
espíritus de nuestros antepasados, los apus (Kollo), la tierra y con el medio
ambiente, y que más que reflexionar sobre el hombre, es más bien sobre el
cosmos; que finalmente se resume en acciones de renovación de un ciclo solar
(culminación e reinicio del ciclo del
tiempo).
Dentro de este contexto
cultural, el año nuevo andino expresa más que una mera celebración, el
sentimiento de las diversas formas de
valorar, aprender, pensar, hacer y vivir bien; estas manifestaciones
según nuestros abuelos del distrito de Cuturapi se daba de la siguiente forma:
“Un día antes del año nuevo andino (21
de Junio) los animales y las aves empezaban a inquietarse (trinan los pajarillos,
las ovejas balan, las vacas mugen, las gaviotas vuelan y revuelan) como si
supieran que algo nuevo estaría por llegar.
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Primer rayo del sol del día 21 |
Nuestros abuelos dicen que los
animales y las aves eran las que daban las señales y ellos las podían
identificar según la época qué es lo que
querían decir. Por ejemplo el Tiquicho en el lago anunciaba la llegada del
invierno, así como el liqui-liqui y así también el puqu-puqu que hoy en día se
ve muy poco. Todos ellos mostraban señales y anuncios como si la Pachamama
hablara con ellos y les dijera qué es lo que iva a pasar. Mientras tanto la
gente se reunía realizando quemas y que alrededor del fuego dialogaban y
comentaban de la costumbres y tradiciones que se hacían en medio del fuerte
frío que se sentía; y que finalmente la gente debía entender cómo las aves y
los animales podían anunciar la llegada de un nuevo año y que esta se va
transmitiendo de generación en generación y que hoy se sigue practicando ya no
con la misma convicción.
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Imágen recreada antes del "marqachu" |
Ya el día 21 de Junio cuando ya estaba amaneciendo las
familias esperaban con mucha emoción la salida del sol (Inti jalsu) para
recibir el año nuevo y renovar su compromiso del cuidado, protección y
agradecimiento a la Pachamama a través de un ritual que consistía con el
sacrificio de una llama (auquénido)de preferencia de color blanco para hacer
la ofrenda a los dioses tutelares del más allá. Después del ritual, las
familias acostumbraban hacer los “marqachus” que consistía en el marcado de sus animales en las orejas, no sin
antes realizaban la challa con vino blanco y rojo en particular y además les
adornaban con flores y les colocaban aretes como signo de reverencia a sus animales domésticos que ellos criaban
para su subsistencia y equilibrio ambiental.
Luego de terminado, la challa a
los animales, las familias rodeaban en círculo a la pirwa (pequeña construcción
de piedras pequeñas en forma de cono truncado) hecha, en las que se tenían los
productos recogidos ese año como la papa, quinua, cañihua, tawri, haba, etc y
otros derivados como el chuño, la tunta, la caya; como señal de que habían
cosechado productos que le servía de sustento para el consumo familiar, la
semilla del próximo año, intercambio o venta de productos.
A continuación las familias pasaban a guardar en “costales” o mucho mejor haciendo
“pirwas” los productos cosechados para el año e inclusive para situaciones de
emergencia como las épocas de escasez (sequías). Ya al medio día del 21 de
Junio la gente con más experiencia enseñaba a los más jóvenes y a los niños el
canto ceremonial para los dioses (uywiris): apus, pachamama, tata inti y la
mamaquta puedan escuchar y recibir las ofrendas preparadas en una
“istalla”(pequeña licclla multicolor) cuyo contenido era básicamente coca,
vino, cebo de llama, hierbas, dulce misa. Es día algunos sabios andinos
(Yatiris) miraban la suerte en la coca, algunos usaban el estaño para ver la
suerte o el futuro accionar de una familia.
Ya casi terminando el ritual de ese
día los personajes con más experiencia (Yatiris) llevaban las aves sagradas
(pisacas o pajarillos) capturadas un día antes a quienes las adornaban y antes
de soltarlos los challaban con vino (Si las aves volaban en sentido de la
salida del sol era signo de la venida de un buen año y si volaba en sentido de
la entrada del sol era sinónimo de que se venía un año con dificultades), todo
eso se hacía con mucho cuidado y sin causar daño alguno a las aves. Después de
soltar las aves el Yatiri procedía a trasladar
la “istalla” que contenía la
ofrenda o también llamado misa al centro de la pirwa que era una hoguera
preparada para prender fuego, ya encendida el fuego con el soplo del viento
termina el ritual a los dioses por el nuevo año justo en el medio día, donde
cada miembro rodeaba con el vino y parte de la misa para alimentar la hoguera agradeciendo
el año nuevo año y mejor porvenir. Ya finalizada la ceremonia ritual el “Yatiri” o sabio andino ordenaba que todos
se sentaran en el suelo para compartir el “qhoqho” o fiambre preparado con los
mejores productos de la zona.
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Imágen recreada. |
En conclusión el año nuevo andino en Cuturapi y las comunidades y centros poblados aledaños de hoy, era una celebración más familiar y en comunidad, donde se
reflexionaba y se reafirmaba la convivencia en armonía con la Pachamama y el Tata inti y la gente
que vivía como si fuera uno a pesar de la existencia de la paridad dentro de la
racionalidad andina, además de ella significaba el respeto por los animales,
las plantas y los objetos inanimados y también
el derecho a un existir con responsabilidad. Lamentablemente hoy en día
todas estas prácticas se están dejando de valorar muchas veces influenciados
por la cultura occidental y quizá por la falta de identidad y desconocimiento
de nuestro legado cultural que ha sido capaz de sostenerse en el tiempo por la
sabiduría que habían adquirido como el desarrollo de la lengua, la agricultura,
el riego, la construcción, la solidaridad, etc. En realidad es una práctica que
nos fortalece como cultura propia y debe entenderse como tal y no como un mero
folclorismo aunque esta fecha en la actualidad se confunde con la fiesta
patronal de “San Juan Bautista” de nuestra localidad”, concluyen nuestros
sabios andinos.
Bibliografía y bibliografía web:
*Versiones orales
de los sabios andinos de la localidad recopiladas por Dory y Delia
*Entrevistas espontaneas a personajes conocedores de estas prácticas.
* https://www.google.com.pe/search?hl=es&site=imghp&tbm=isch&source=hp&biw=1024&bih=629&
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